20060705

Y mira que mira y mira - Camarón



Por los atardeceres del hormigón
va deshojándose un hombre,
un estómago sin equilibrio
de amarillos perfiles,
una violencia sorda,
un estallido sin sangre,
un roce inmediato
y, al fin,
el silencio de los ojos
que vuelven
a la sombra descarnada.
Y ellos, niños sin prisa,
sonrojados
por la gravedad impaciente,
asomados a las ventanas,
con el Creador
todavía en las uñas,
segregan
pupilas y esperan,
sin creer
o sin saber
-por voluntad del aire-,
las lágrimas
que se irán por las esquinas
del vértigo.