20060922

Astrolabios - Maga

Después del café con Sofía no sabía muy bien a que dedicar la tarde. Me quedaban dos días en Madrid y uno de ellos pensaba pasarlo inconsciente, así que el tiempo se diluyó en un millón de pequeños peces imposibles de atrapar. Dejé que el metro engullese a Sofía y mientras se alejaba con paso ligero a no nos veremos en años luz, la imaginé casada y con hijos. Después entorné los ojos y emborroné a la gente junto a la que empecé a caminar. La tarde pretendía la urgencia y yo decidí entonces que lo que quería hacer esa tarde era comprarme una vida.

Las calles, tibias de acuarelas, empezaban a desdibujarse con un agua mínima que parecía intimidada ante tanto hormigón. Me alegré, hacía tiempo que la estaba esperando. Aproveché el miedo de la gente a la lluvia para pasear con relativa calma, y, así, acompañado apenas por tres pares de pasos, doblé la esquina hacia San Bernardo, donde los comerciantes ucranianos van ofreciéndote vidas en susurros, la mayoría robadas ó de imitación.

Hay vidas que quedan mejor que otras, hay vidas de amianto y vidas de poliéster, hay vidas de manga corta y de media manga, vidas de color verde y vidas de látex, hay vidas que nos quedan grandes y otras que apenas nos dejan respirar. En San Bernardo las vidas huelen a especias y no necesitas mucha sangre para comprar una, ó incluso dos. Pero como siempre, ante tanta oferta, uno se pierde, demasiados susurros unidos hacen un grito, y no quise esperar más.

Lo elegí por sus ojos, me inquietaron, pensé que sus vidas podrían ser diferentes. Yo nunca había visto ninguna pero ya se sabe lo que dicen. Lo saludé y me llevó de la mano al interior, donde me recibió de golpe el olor de las vidas. No pude evitar marearme. Vomité. A mi alrededor las vidas parecían tristes, como cortezas de árboles, le pregunté si ese era el aspecto normal de las vidas, y me respondió que sí, después no pregunté nada más y el silencio cayó al suelo como pelo recién cortado. Una vez repuesto cogí un par de vidas y me las puse por encima, no me quedaban mal pero no me convencían, estaba buscando otra cosa, algo un poco más ligero e impredecible. Desistí. Dejé un poco de mi sangre en el cuenco del mostrador por las molestias y al salir empecé a recordarte, tropecé con tus hebras marinas, tropecé con mil pequeños besos y un nosotros, tropecé con mi estómago haciendo el pino puente, tropecé con mi vida, que me queda perfecta porque para ello me bastas tú, dulce e irrepetible.

20060921

Evil - Ladytron





DESCALZO,
Ebrio de argentas
Y lenguas horizontales,
Enemistado
Con las fronteras de mi propio estar,
Mordiendo
El seco silencio,
Tan solo
Quiero,
Apoyando mis dos labios
En tus alas intuidas,
Presentir
Que tu ausencia
Son esquinas de mis arrabales.

Cercado
Por la víspera de ti
Y desvestido,
Con mi piel desordenada,
Escribo
Tu nombre
En mis ojos de agua.
Pues me silban
En los oídos olores a plata.
Pues me silban
En los dedos tus hebras marinas,
Ángeles de mercurio
Eyaculando ceniza.
Inerme y vertido,
Recibido
En eslabones
De tuétano y seda,
Agrietando
Con mi insomnio
Las intersecciones
De mi vértigo
Y tu miel,
Sueño y me desperezo
Y tal vez
Pueda amanecer cabello
Tuyo.

Esperándote y chorreando
Como blanco barniz
En las afueras de la carne,
Respira mis entrañas
Pero agótame.

TqT